Leonardo Favio tuvo una vida rica en experiencias, muchas de ellas puestas en su obra cinematográfica. Se le considera un artista multifacético. Pasó por la actuación, director de cine y cantautor de música reconocido en toda latinoamérica.
Sin dudas su forma de hacer cine dejó una huella en la historia del cine argentino, se han escrito y seguro se seguirán escribiendo libros que analicen “el método Favio” de dirigir y hacer cine buceando en la pasión de la historias que Leonardo Favio nos mostraba a través de su cámara.
Los siguientes libros arrojan diversidad de miradas sobre su figura. Sobre el hombre, el artista, el militante político, el director de cine. Todas estas facetas confluyen en una sola que se traduce a toda su obra artística.
Parte de una biblioteca de 24 volúmenes con amplia información y buena presencia gráfica. Cada volumen está dedicado a un director de nuestro cine, sea actual o clásico.
Los autores, cronistas, críticos e historiadores, son reconocidos por su especialización en el tema. El texto se complementa con una adecuada documentación gráfica.
“Mis preguntas frotaban una invisible lámpara de Aladino, y allí aparecían, a mi antojo, las mil y una vidas de Leonardo Favio. De las profundidades de la memoria, salía a flote, indemne al paso del tiempo, el niño que fue: protegido por la tia Berta entre pétalos de rosa, rosarios, velas, estampitas y diminutos santos de yeso, en Luján de Cuyo; escapando sin aliento del Patronato de Menores hacia un destino de gloria; o internado en el Hogar El Alba, donde recogía, sin siquiera suponerlo, la arcilla para Crónica de un niño solo. Tan pronto me mostraba al general Perón que conoció en Madrid en los años setenta, como al José María Gatica que filmó en los noventa: sudoroso, ensangrentado, vapuleado, pero de pie y acunado por un cielo de banderas argentinas, tirando besitos a la popular que solía rugir «El Mono y Perón, un solo corazón».
Ahí estaba el director de cine venerado por críticos y cinéfilos, y capaz de conseguir el récord histórico de taquilla en el cine argentino con los tres millones cuatrocientos mil espectadores que tuvo Nazareno Cruz y el lobo. Y ahí también, el cantante desconcertado en medio del torbellino de la multitud que coreaba «Fuiste mía un verano», el aluvión de dinero, la avalancha de aplausos y el vértigo de los días y las noches en el rascacielos de la popularidad. Bastaba el abracadabra con signo de interrogación para que me invitara a recorrer el Parque Japonés, esa suerte de rueda mágica imparable sobre la que cabalgó su asombro de provinciano recién llegado a Buenos Aires”.
Cineasta, poeta, cantautor, actor, Leonardo Favio (Fuad Jorge Jury, Mendoza, 1938 - Buenos Aires, 2012) fue un artista integral, cuyo estilo único e indefinible renovó el cine argentino combinando la intuición con una fuerza emotiva avasallante. A cinco años de la primera exhibición de sus películas en Malba, el museo impulsó una segunda retrospectiva, curada por Adrián Cangi, a la que se sumó la edición de este libro.
El volumen, de referencia obligada para el estudio de su obra, reúne importante y variada selección de textos: ensayos críticos, entrevistas y notas de prensa de reconocidos autores argentinos especializados, además de una autobiografía poética del propio artista. Se agregan una breve biografía, una filmografía ilustrada y una bibliografía selecta. En su edición impresa, el libro incluye un CD del relato-canción “Vida, pasión y vuelo de la abuelita Zenaida”.
“Desde lejos llega ese grito que ya es parte de mi pueblo. Como los sapos, el rumor constante de las acequias, la brisa que hace flamear los álamos. (…) Y luego, el canto estirado y dulce. Es inconfundible el grito alegre del ciego Renzo. Sé de dónde viene. Viene del cine con su hermano. Mañana -como siempre- a la hora de la siesta, cuando me vea sentado a la orilla de la acequia, me dirá: ‘¡Nos vimos una cinta de Gardel de la gran flauta!’. Y apoyado en su bastón de palo de durazno, me la contará de cabo a rabo, tal vez exagerando para aumentar mi envidia. Y así fue como a través de su voz vi mis primeras películas". —Leonardo Favio.
Catálogo de la exposición Favio. Sinfonía de un sentimiento, organizada por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires y presentada entre el 13 de abril y el 4 de junio de 2007.
El Director es el líder, quien marca la identidad de la película; bien, en el caso particularísimo de Favio se trata además de un Artista. Han tenido que pasar muchos años para que yo me diera cuenta de la verdadera dimensión de lo que significa un artista. Ellos tienen su mundo. Y encima Leonardo le agrega otras dimensiones, porque él sabe mirar para adentro y sabe, además, observar al otro. De eso resulta un mundo interior riquísimo, con la suficiente capacidad de abstracción como para mirarlo, y con la sensibilidad de considerar las necesidades del público. Un verdadero genio Estas palabras pertenecen al Director de Fotografía Juan Jose Stagnaro, cuyo testimonio forma parte de la galería de voces que pueblan el presente libro.
Extractadas porque rescatan un aspecto esencial del personaje homenajeado son, sin embargo, apenas parciales si se consideran las innumerables miradas y permanentes manifestaciones de admiración y cariño de otros testimonios. Diego Puente (Polin), Federico Luppi, Graciela Borges, Rodolfo Beban, Juan Jose Camero, Gian Franco Pagliaro, Edgardo Nieva, Hernan Piquin todos aquellos que han protagonizado sus fabulosas películas (el ordenamiento es cronológico según el derrotero de sus films) comparten generosamente con los lectores de Sin Renunciamientos, historias, sensaciones, anécdotas, vivencias de un universo que Favio construye con paciencia, amor y sensibilidad. Pero el libro además nos ofrece un recorrido por la vida del Artista; desde su inicial Luján de Cuyo hasta Las Catitas, un pueblito que supo cobijar cuando la Dictadura arreciaba, pasando por su pronta inserción en Buenos Aires y los triunfos artísticos que aún sostienen su récord. Inevitable es cometer injusticias cuando se rinden tributos, cuantas voces más podrían haber participado, pero la estrategia de los autores es clara y abarcativa: Favio Director, testimonios de actores, personal técnico y colaboradores. Favio Humano, testimonios de quienes lo conocen de su infancia o como simple vecino; Favio íntimo, testimonios de su entorno sagrado, familia, amigos y parientes; Favio Artista, testimonios de un especialista y un intelectual.
Nada queda librado al azar, y Favio supo reconocerlo al obsequiar un breve poema propio para ser utilizado como Prólogo. Es que como sostiene Alfredo Alcon en su testimonio para este libro, se trata de un Director que incentiva el crecimiento, ya que demuestra fe en nuestras posibilidades, te mira con ganas de que crezcas, te ofrece todos aquellos elementos que hacen que uno crezca inevitablemente.
Las 150 páginas de Leonardo Favio: cine argentino de antihéroes se dividen en cuatro capítulos.
El primero desarrolla los tópicos visuales del director a través del recorrido de sus primeras siete realizaciones “donde sobresale la figura del antihéroe, un antihéroe que no es una persona derrotada, sino un hombre común para ser mirado por un espectador popular, un espectador que automáticamente queda reflejado en él”, articulando el antiguo mecanismo de identificación típico del séptimo arte.
El segundo está dedicado a los mitos que protagonizan el cine de Favio, basado en los arquetipos literarios y populares predilectos del director como Nazareno Cruz, Juan Moreira y Gatica, otros antihéroes en los cuales Raggio analiza la manera en que el autor reconstruye esta mitología.
El tercer capítulo, casi cuarenta páginas, está dedicado íntegramente a “Perón, sinfonía del sentimiento” de 1999, el documental, el primero del autor de 346 minutos, donde se aborda la figura política y social de Perón desde el punto de vista informativo, ideológico y estético, “es la historia como sueño, una iluminación profana”, según palabras del escritor cinematográfico Héctor Kohen, encargado del prólogo del libro.
Finalmente, a modo de actualización, el trabajo se completa con un capítulo extra que funciona a modo de epílogo donde la autora reseña la película “Aniceto” (2008)."
El libro compila imágenes inéditas y numerosos artículos sobre la obra cinematográfica de Leonardo Favio, autor de filmes como "Juan Moreira" y "Aniceto". Reeditado con un nuevo prólogo, más páginas, más fotografías y un breve epílogo con recuerdos sobre el artista fallecido en noviembre de 2012, propone un recorrido ineludible por la obra del célebre cineasta y cantante argentino que ofrece más de 200 fotografías de sus películas, a las que se suman nuevas imágenes cedidas por María Inés Teyssié, fotógrafa de "Nazareno Cruz y el lobo".
"Una primera virtud de este libro de Galasso es que no comete el error de separar al cineasta del cantante popular y del militante sui generis, que ciertamente fue. Surge en cambio un retrato abarcador en el que estas distintas facetas se superponen, como en la realidad. Buena parte de la historia está contada por el propio Favio, además, en testimonios de diversos orígenes que Galasso recupera y organiza. Favio era muy citable, por lo que el rescate de esos textuales suyos es otra alegría que proporciona la lectura de estas páginas."
Fernando Martin Peña
De cómo el cine de Leonardo Favio contó el dolor y el amor de su gente, emocionó al cariñoso público, trazó nuevos rumbos para entender la imagen y otras reflexiones es un título que lo dice todo. O prácticamente todo. Gonzalo Aguilar[1] y David Oubiña[2] escribieron este libro tres décadas atrás. Como sucede con las obras que logran abrazar las vibraciones de aquello que se estudia porque se lo ama, el cine de Favio destella a través de las palabras que siguen de cerca su filmografía. Los autores observan sin juzgar, acompañan la respiración de las películas, despliegan sus inagotables peripecias. La admiración alcanza, entonces, la forma de un ensayo minucioso, libre y apasionado, que Paula Wolkowicz y María José Moore, editoras de Libraria, decidieron volver a publicar: “Siendo el cine argentino una de nuestras líneas centrales de publicación, rescatar y volver a poner en circulación un texto tan importante y que estaba agotado hacía mucho tiempo nos resultó sumamente interesante.
Por otro lado, la editorial ya había publicado varios textos de Gonzalo Aguilar y de David Oubiña, así que la idea de reeditar este libro estaba en nuestro radar hacía tiempo. Si bien Libraria es una editorial que tiene un perfil amplio –publicamos libros sobre arte, humanidades y ciencias sociales–, el cine, y sobre todo el cine argentino, es uno de los temas que más nos interesan. Por lo general hemos publicado libros referidos a géneros, a corrientes o a cruces con otros lenguajes y no específicamente sobre un director o una directora en particular. En ese sentido, podemos decir que El cine de Leonardo Favio es el primer libro de la editorial centrado en la obra de un solo director. Por su peso en la historia del cine argentino, creemos que Favio claramente se merecía tener ese lugar destacado en nuestro fondo editorial”, expresan Wolkowicz y Moore.
Abordar la trayectoria profesional de un artista como Leonardo Favio no es tarea sencilla. Apasionado, polifacético y siempre original, su producción artística lo condujo por sendas diversas: el cine, la música, la escritura y la militancia política. Para acercarnos a su obra, Yamila Volnovich realiza un hábil recorte de su producción cinematográfica, a partir del cual analiza las constantes que definen el imaginario estético de Favio. Un imaginario que se entrecruza inevitablemente con nuestra historia convirtiéndolo en una figura indiscutible del cine latinoamericano y mundial. Los cuatro capítulos que comprenden este libro se concentran en tres filmes emblemáticos: El dependiente, Nazareno Cruz y el Lobo y Aniceto, para analizarlos a la luz del contexto histórico del nuevo cine argentino y su posterior transformación en la posdictadura. Pertenecientes a contextos históricos distintos —los sesenta, los setenta y el nuevo milenio— cada película ofrece no solo una mirada sobre el estilo personal de Favio sino también una lectura de la época. ¿Cuáles eran las técnicas cinematográficas que se utilizaban? ¿Qué público dialoga con esas películas? ¿De qué manera se inscribían y, a la vez, cuestionaban los circuitos hegemónicos de organización cultural?
El de Favio es un cine del deseo, que se arraiga en lo más profundo del sentir popular. Tomando la política como horizonte de sentido, la mirada de Favio se construye sobre los acontecimientos del presente, y pone en escena su dimensión humana.
Un recorrido por sus pasiones
Fue director de una de las películas más taquilleras del cine local, sus films se estudian como hitos en los institutos de artes visuales porque modificaron, con ternura y pocos recursos, el lenguaje para relatar la marginalidad y la injusticia social. Batió récords como cantautor romántico en todo el continente, con un repertorio que impregnó a varias generaciones. Fue, además, un ferviente peronista durante toda su vida: conoció a Perón y fue parte de la comitiva que trajo de regreso a la Argentina al líder del movimiento tras los años de exilio. A partir de conversaciones, viajes e investigación periodística, Florencia Halfon perfila a Leonardo Favio y abre una rendija desde la cual espiar el universo del ídolo popular a través de las pasiones que motorizaron su vida y su obra: sus afectos, el cine, la música y la militancia. Favio, vigente nace de un doble deseo: contar la relevancia de un personaje único a las nuevas generaciones y aportarles a sus contemporáneos una nueva lectura, construida con eso que queda cuando el paso del tiempo subraya lo importante.